Por Carlos Tellería
La querida gente de Semanario "El Orden" me ha pedido que realizara un comentario sobre el estreno de la versión regional de la Crónica Cantada "La Forestal", ocurrido el sábado pasado en el Complejo Cultural de la localidad de Santa Isabel. Algo hemos colaborado en esa puesta en escena, pero igual trataremos de ser objetivos.
El nombre "La Forestal" fue (y es) usado como denominador común de los distintos nombres que tuvo la empresa que se iniciara como "Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal Ltda." Con esta denominación se menciona a la compañía que desde 1905 hasta 1965 explotó quebracho colorado en Argentina.
El texto de Rafael Ielpi y la música de Jorge Cánepa se conjugan en una verdadera joya artística que narra, en la interactuación de un actor y un cantor, más un relato en off, nada menos que la explotación de hombre por el hombre en una historia bien nuestra, bien santafecina: la llegada de los hacheros; el Centro Obrero de Villa Guillermina, donde militaban activistas como Lotitto, Juan Giovetti, Ifran, Teófilo Lafuente (electricista), Vera, Lorenzo Cochia (mecánico); el periódico "Aña Membuí" que redactaba el dirigente obrero Juan Giovetti; la primera huelga de julio de 1919 encabezada por los dirigentes obreros y el comerciante Isurregui; el despoblamiento del territorio, expulsando a los propios argentinos; los violentos ataques de la Gendarmería y la Policía; la llegada del "12" de Infantería; los incendios y sobre todo, el tremendo sufrimiento de los hacheros y obrajeros y sus familias.
En el marco de una escenografía donde 4 grandes troncos de quebracho imperan, en un duelo interpretativo de alto calibre, la tremenda voz de Enrique Biasizzo y la calidad actoral de Oscar Milanesi, lograron en el estreno una maravilla escénica que cautivó al público presente. La historia no da respiro, los acontecimientos narrados se suceden a una marcada velocidad, la destrucción física y síquica que Milanesi transmite desde su hachero es "correspondida" desde las canciones que "Quique" va desgranando y desde la excelente voz de relator "Nito" Salemme, una de las sorpresas que el público se llevó del estreno.
Son para destacar la excelente coordinación de luces que diagramó el "histórico" Gerardo "Cachorro" Gobbi y el perfecto ensamble de pistas y efectos sonoros que logra Emiliano Letieri. Y una consideración especial para las impecables pistas que grabó el músico venadense Javier Puñet.
A mí me dio la sensación que el logro de llegar a poner en escena "La Forestal" fue porque se ha formado como una especie de selección, por ejemplo: si se daría un premio "Revelación" se lo llevaría Enrique Biasizzo, ahora como solista al frente de un emprendimiento que lo puede hacer trascender (y eso que no es de ayer que el tipo canta) y lograr un reconocimiento que siempre mereció; Oscar Milanesi es, sin dudas, uno de los dos mejores actores de nuestra zona; "Nito" es una gran voz "locutora" que las emisoras de Santa Isabel y la zona todavía no supieron contratar y Emiliano y "Cachorro" dos perfeccionistas que saben cuándo, dónde y cómo "meter" los dedos para tocar las teclas justas.
Listo. Con ese equipo nada puede salir mal.
Estaba anunciada para anoche, también en la vecina localidad, una segunda presentación.
Cuando vengan a Villa Cañás, no se la pierdan.
Estos son emprendimientos artísticos que todos debemos apoyar, porque al actuar y cantar "La Forestal" se está haciendo docencia sobre la historia del "pago chico". Y creo que la cultura pasa por ahí. Por saber que durante más de la mitad del siglo pasado, nuestra provincia fue ultrajada por capitales ingleses (como en otras épocas y en otros sectores del país) con apoyo incondicional de ciertos gobernantes argentinos. Y como hay poca bibliografía al respecto (el libro de Gastón Gori debería ser texto obligado en las escuelas santafecinas) y mucha veces nos da "fiaca" ponernos a leer, resulta que viene un grupo de tipos y nos cuentan "esa" historia desde un escenario.
No la desaprovechemos. Que las escuelas, que los jóvenes, no se pierdan esta oportunidad de "acercarse" a la historia de hermanos argentinos que sufrieron mucho. Como para que no se repita nunca más.
Y un detalle más: otra vez el teatro sirvió para formar un grupo de amigos. Eso, por sí solo lo justifica como actividad recreativa. Como la obra salió tan bien, mejor todavía y lo justifica como hecho artístico realizado con responsabilidad. Y como al público le gustó tanto, todo es perfecto.
Fuente: www.villacan.com.ar - 08-08-2009
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